Se despedían en la puerta de embarque. Mientras sus labios se fusionaban en un beso húmedo, apasionado y caliente, sus mentes recordaban la noche de ayer.
Prepararon la cena pero sabían que era la última antes de decirse adiós y la dejaron en la mesa sin tocar. Se abrazaban y rápidamente se quitaron la ropa para poder saborearse besándose por todo el cuerpo. Estaban calientes, deseando poder entregarse mutuamente.
Juntaron sus caras en la almohada observándose hasta dormirse por completo.
La azafata anunció el vuelo. Se separaron. Se dijeron el último adiós recordando su última noche.